Escáner

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El escáner es un término derivado del inglés scanner, popularmente aceptado y utilizado, que da nombre a la técnica diagnóstica de la tomografía axial computadorizada o TAC, que emplea los rayos X para estudiar las distintas estructuras del organismo.

Historia del escáner

Utilizado desde la década de los años 70, el escáner o TAC permite la visualización de los órganos internos del organismo gracias a la diferente densidad de los tejidos que los componen. Así, la densidad del agua se representa como 0, la del aire como -1.000 y la del hueso como +1.000. Entre ambos extremos se encuentran todas las densidades de todos los tejidos y órganos de nuestro cuerpo. Gracias a las innovaciones tecnológicas e informáticas y a la posibilidad de digitalizar las imágenes, el escáner proporciona un gran rendimiento diagnóstico.

El equipamiento necesario para la realización de esta técnica diagnóstica incluye:

un sistema de emisión de rayos X un conjunto de detectores que recogen la radiación una vez ha atravesado el cuerpo una consola o teclado para la introducción de órdenes y manipulación de las imágenes un monitor de televisión en el que se ven esas imágenes un sistema digita de registro de datos, para su almacenamiento y recuperación después de cada exploración

Preparación del paciente para un escáner

Puesto que la tomografía computadorizada utiliza los rayos X, es una técnica que proporcionará cierta dosis de radiación al paciente, mayor o menor en función de varios factores, entre ellos la duración de le exploración. En la actualidad, gracias a los más modernos equipos, la cantidad de radiación que recibe el paciente es mínima. Sin embargo, es importante informar de ello al paciente para que colabore al máximo y así reducir el tiempo de exploración al mínimo imprescindible. Lo normal es que la exploración dure entre 15 y 30 minutos, dependiendo de la colaboración del paciente.

El principal requisito de esta exploración es la inmovilidad del paciente, que facilita la obtención de las imágenes y la interpretación de los resultados. En pacientes nerviosos o ansiosos, o que no colaboren apropiadamente en este sentido, como los niños pequeños, puede estar indicado el uso de algún medicamento de tipo relajante o sedante suaves unos minutos antes de entrar en la sala de exploración.

En general, a menos que el personal del servicio de radiología indique lo contrario, el paciente no debe tomar ningún alimento sólido desde cuatro horas antes de la exploración, pero puede beber tanto líquido como desee. Para someterse a la TAC o escáner, el paciente debe despojarse de todos los objetos metálicos, prótesis dentales, adornos y joyas que pueda llevar encima. No suele ser necesaria la interrupción del tratamiento que se pueda estar tomando por prescripción médica.

Si se va a realizar una TAC con contraste, que normalmente es a base de yodo, suele ser precisa una analítica general previa, con el fin de asegurarse de que los riñones del paciente funcionan correctamente, ya que el contraste se elimina por esta vía. El contraste se administrará al paciente por vía intravenosa u oral, dependiendo del área del organismo que se vaya a estudiar. En algunos pacientes puede producir reacciones alérgicas. Ello debe ser advertido por el personal sanitario que vaya a realizar la prueba o por el paciente que va a ser sometido a ella.

Utilidad de la TAC

La TAC se reserva generalmente para exploraciones en las que un estudio radiológico o ecográfico previos no han conseguido llegar a un diagnóstico concreto. Las indicaciones más frecuentes de la TAC son:

tumores de cualquier localización traumatismos enfermedades inflamatorias o infecciones enfermedades de los grandes vasos arteriales y venosos malformaciones genéticas enfermedades neurológicas enfermedades musculo-esqueléticas como hernias discales, etc. control postintervención quirúrgica guía para llevar a cabo biopsias localización de cuerpos extraños.
Puede estudiarse con la TAC la práctica totalidad del organismo y según la zona anatómica que se vaya a estudiar la exploración tendrá unas características determinadas, pero las zonas en que más habitualmente se emplea esta exploración son las siguientes:

TAC de cráneo

La TAC de cráneo proporciona cortes del cráneo de 8 milimetros de grosor, paralelos entre sí (como si de rebanadas de pan se tratase) y permite estudiar todas las estructuras craneales desde diferentes puntos de vista. Se puede utilizar para el estudio de los traumatismos craneoencefálicos y sus secuelas, los ictus o accidentes cerebrovasculares, las malformaciones congénitas, los tumores, las infecciones y las enfermedades degenerativas del sistema nervioso central.

Al realizar una TAC de cráneo se puede estudiar perfectamente el ojo, la cavidad ocular, los nervios ópticos, los senos paranasales, etc. con cortes de 3 milímetros de grosor. También se pueden estudiar los huesos del cráneo, la hipófisis y las glándulas salivales, la boca, el oído, etc.

La principal utilidad de la TAC ósea es el estudio de la columna vertebral, generalmente después de la radiología convencional

TAC del tórax

La TAC del tórax permite estudiar todos los órganos contenidos en su interior: los pulmones, la pleura, el mediastino, el diafragma y el esófago, así como los huesos que lo rodean: la columna dorsal, las costillas y el esternón. La TAC torácica no se usa para el estudio de la mama, donde la mamografía o la ecografía mamaria son mejores técnicas diagnósticas, ni para el estudio del corazón, para el que existen técnicas específicas de mayor utilidad.

TAC del abdomen

La TAC del abdomen suele reservarse para el estudio de los órganos abdominales: hígado y vías biliares, bazo y tubo digestivo, después del empleo de la radiografía simple de abdomen y de la ecografía abdominal. El TAC de abdomen se utiliza para confirmar lesiones demostradas por las exploraciones previas, para la visualización de los vasos sanguíneos mediante el uso de contraste, para la realización de biopsias, la planificación de radioterapia y la localización de cuerpos extraños.

TAC ósea

La principal utilidad de la TAC ósea es el estudio de la columna vertebral, generalmente después de la radiología convencional. La indicación fundamental de la TAC de columna cervical es la detección de fracturas y la posible lesión medular por su causa. La TAC de columna dorsal se utiliza para el estudio de enfermedades degenerativas, infecciones o tumores y sobre todo tras traumatismos torácicos. La TAC de columna lumbar permite la visualización directa de los discos intervertebrales, del canal óseo y del canal medular.

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Narciso Fiol-Romero
Me interesa explorar cómo la tecnología, la economía y otros factores están afectando la forma en que las personas trabajan y buscan trabajo. Me esfuerzo por proporcionar información útil y actualizada sobre las habilidades y los sectores que están creciendo, así como sobre los desafíos y las oportunidades que enfrentan los trabajadores en un mundo cada vez más cambiante. Mi objetivo es ser una fuente confiable de información y orientación para aquellos interesados en el futuro del empleo.

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