Página Web ¿Cómo funciona la World Wide Web?

La Web, o la buena y vieja «World Wide Web,» es básicamente ese rincón de Internet al que accedemos cada día a través de los navegadores. Pero ojo, no todo fue siempre como lo conocemos ahora. Antes de los memes y los videos en streaming, hubo una época conocida como la «Web 1.0».

¿Cómo funciona la World Wide Web?

La World Wide Web (WWW) es una de las creaciones más revolucionarias de la era digital, transformando el mundo en solo unas pocas décadas. ¿Te has preguntado alguna vez cómo todo esto funciona? Pues, en términos simples, la web es como un gigantesco libro electrónico, ¡pero con páginas que están esparcidas por todo el mundo y accesibles en cualquier momento!

Para ser más específicos, la WWW está compuesta por miles de millones de páginas web que se almacenan en servidores ubicados en diferentes partes del planeta. Estas páginas no están aisladas, sino que están interconectadas mediante lo que se conoce como hipervínculos.

Los backlinks son, en realidad, los superpoderes de la web. Permiten que, al hacer clic en un enlace, el usuario pueda saltar de una página a otra, o incluso de un documento a otro, ¡como si estuvieras pasando de una página de un libro a otra, pero de forma instantánea y sin límites!

Este sistema de enlaces es lo que le da a la WWW su verdadera magia, creando una red global de documentos interconectados. Gracias a esta estructura, los usuarios pueden acceder a toda clase de recursos, desde información estática hasta videos, imágenes y aplicaciones interactivas, todo a través de un simple clic. Sin esos hipervínculos, la web no sería más que una colección de páginas aisladas, sin esa sensación de conexión que nos permite navegar de un sitio a otro con facilidad.

Historia de la World Wide Web

La World Wide Web (WWW), esa increíble red de información que hoy usamos a diario, nació gracias a la mente visionaria del físico británico Tim Berners-Lee. Su historia comienza a finales de la década de 1980, cuando, junto con un equipo de científicos del CERN (la Organización Europea para la Investigación Nuclear), comenzó a trabajar en un concepto que cambiaría el mundo de la comunicación para siempre.

Era 1989 cuando Berners-Lee se dio cuenta de que las tecnologías y las redes de datos disponibles podían combinarse para crear un sistema que facilitara la comunicación global y el intercambio de información. Su visión era simple, pero revolucionaria: ¿por qué no crear un espacio donde la información pudiera conectarse a través de enlaces y ser fácilmente accesible desde cualquier lugar del mundo?

En los primeros días, el trabajo fue más práctico que conceptual. Junto con su equipo, desarrolló el primer servidor WWW, al que llamaron httpd (de «Hypertext Transfer Protocol Daemon»). También diseñaron el primer cliente WWW, lo que les permitió navegar y editar este nuevo tipo de contenido.

En 1990, Berners-Lee presentó su innovadora idea en el CERN, utilizando un navegador/editor de hipertexto llamado WYSIWYG (What You See Is What You Get), que funcionaba en el sistema operativo NextStep. Pero fue en 1991 cuando la web realmente comenzó a tomar forma, ya que Berners-Lee hizo pública la World Wide Web. En ese momento, también creó la primera página web de la historia, la cual tenía la dirección:
http://info.cern.ch/hypertext/WWW/TheProject.html. Esta página, que contenía información sobre el proyecto WWW y sus servidores, sigue activa hasta el día de hoy (en 2022) como un testimonio de ese momento clave en la historia de Internet.

A partir de ese momento, la tecnología de la web creció a pasos agigantados. En 1993, el CERN tomó una decisión trascendental: liberó la tecnología de la World Wide Web para que cualquier persona pudiera usarla, sin necesidad de pagar derechos de autor. Esta acción permitió que la web se expandiera rápidamente, convirtiéndose en la plataforma global de información, comunicación y comercio que conocemos hoy.

En resumen, la historia de la WWW es la historia de una idea innovadora que, gracias a la visión de Berners-Lee y su equipo, transformó por completo la manera en que interactuamos con la información. Un invento que comenzó en los laboratorios del CERN y que, desde 1991, no ha dejado de evolucionar, conectando al mundo de una forma nunca antes imaginada.

Web 1.0: la «prehistoria» de Internet

La Web 1.0 fue esa primera versión de la web que empezó a gestarse allá por los años 90. ¿Qué tenía de especial? Pues, sinceramente, no mucho en términos de interacción. La mayoría de los sitios eran estáticos, como esos viejos libros de texto, llenos de información pero sin posibilidad de «hablarles». Estos sitios estaban hechos con páginas HTML básicas y algunos toques de estilo aquí y allá. Vamos, que eran algo así como un tablón de anuncios virtual.

Curiosamente, el nombre de «Web 1.0» no existía hasta que alguien decidió hablar de «Web 2.0» en 1999, ¡10 años después de que todo comenzara! Fue Darci DiNucci quien acuñó el término, justo cuando la web comenzaba a cambiar y a abrir paso a sitios interactivos que nos permitían algo más que solo mirar.

Las pintorescas características de la Web 1.0

Durante esta primera fase, las webs tenían un estilo propio, y aquí van algunas de sus «peculiaridades» más comunes:

  • Páginas estáticas: Eran monolitos de información; uno entraba, leía y listo. Nada de botones de «me gusta» o comentarios al pie de las noticias.
  • Todo guardado en archivos: Hoy en día, lo normal es que los sitios utilicen bases de datos para manejar el contenido, pero en la Web 1.0 cada página y su contenido estaban almacenados como archivos individuales en el servidor.
  • Diseño pegado al contenido: ¿Hojas de estilo externas? ¡Olvídate! Los estilos iban mezclados directamente con el contenido usando HTML, y no era raro ver tablas usadas para estructurar la página entera. ¡Así de sencillo y rudimentario!
  • Etiquetas exclusivas de cada navegador: En esos años, los navegadores intentaban sobresalir inventando etiquetas propias, lo que creaba un lío para los visitantes, quienes a menudo se encontraban con páginas que no se veían igual en todos los navegadores.
  • Libros de visitas: No había comentarios instantáneos, así que los sitios incluían una página especial para que los visitantes dejaran sus mensajes. ¿La versión antigua de un foro? Algo así, pero mucho más limitado.
  • Envío de formularios por correo: Como los servidores no estaban preparados para procesar formularios directamente, cuando alguien llenaba uno y le daba a «Enviar», se abría el cliente de correo electrónico y el visitante tenía que enviar el formulario manualmente. Sí, algo tan lento y tedioso como suena.

¿Cómo pasamos de la Web 1.0 a la 2.0?

La transición de Web 1.0 a 2.0 fue un proceso gradual. Con el tiempo, las conexiones a Internet se hicieron más rápidas, los servidores más robustos y los desarrolladores aprendieron técnicas nuevas que permitían sitios más dinámicos. Para principios de los 2000, muchos sitios ya empezaban a incorporar esas funcionalidades interactivas que hoy son comunes. Aunque, no te engañes, en algunas esquinas escondidas de la web todavía puedes tropezarte con algún fósil de la Web 1.0.

¿Te imaginas navegar hoy en día con esas limitaciones? ¡Qué bueno que la web evolucionó!

Web 2.0: El Salto hacia la Interactividad

La Web 2.0 es básicamente el cambio de paradigma que transformó esa web aburrida de los 90 en algo mucho más dinámico y, sobre todo, ¡más participativo! En lugar de ser solo un lugar donde se lee pasivamente, la Web 2.0 le dio poder a los usuarios para que no solo consumieran contenido, sino que también lo crearan.

Este término comenzó a sonar por ahí en 1999, pero no fue hasta 2004 cuando se hizo famoso gracias a la conferencia de O’Reilly Media. Y es que la Web 2.0 es esa fase donde empezaron a germinar muchas de las plataformas que usamos a diario, como las redes sociales y las aplicaciones interactivas. ¿Y qué la hace tan diferente de la Web 1.0? Aquí te lo cuento:

  • Contenido generado por el usuario: Ya no solo los administradores de los sitios web suben información. ¡Los usuarios también tienen voz! Desde comentarios en blogs hasta fotos y publicaciones en redes sociales, todos podemos aportar al contenido de la web.
  • Experiencia del usuario: Las webs ya no son estáticas ni monótonas. Ahora, se adaptan a nuestras interacciones. Un claro ejemplo son los mapas interactivos, que no solo te dan direcciones, sino que permiten personalizar rutas. Si antes tenías que conformarte con lo que te mostraban, ahora la web responde a tus peticiones.
  • Interoperabilidad: Aquí es donde entra el juego de las APIs. Los sitios web 2.0 ya no son islas solitarias. Gracias a las APIs, puedes integrar contenido de un sitio web en otro. ¿Quién no ha visto un feed de Twitter en un blog, por ejemplo?

Web 3.0: Lo que viene, o lo que ya está aquí… ¿O no?

Aquí es donde la cosa se pone un poco difusa. Hablar de la Web 3.0 hoy es un poco como tratar de adivinar el futuro. La mayoría de los expertos coinciden en que esta nueva fase se caracterizará por tecnologías como la web semántica y la inteligencia artificial, pero… ¿realmente hemos llegado a la Web 3.0? Algunos dicen que sí, otros no tienen tanta certeza.

Lo que está claro es que, cuando llegue (o si ya llegó en alguna forma), la Web 3.0 marcará una revolución en cómo interactuamos con la red. Aquí van algunas características clave de lo que se espera:

  • Diseños minimalistas: Olvídate de las interfaces sobrecargadas de información. En la Web 3.0, todo será más limpio, sencillo y enfocado en lo que realmente necesitas. La usabilidad será la reina del diseño.
  • Web omnipresente: El acceso a Internet va a estar por todas partes. No solo tendrás WiFi en tu casa o en las cafeterías, sino que cada rincón de la vida cotidiana estará conectado, desde tus electrodomésticos hasta tu coche.
  • La web semántica: Lo que significa que la web va a entender mejor el contenido, lo clasificará de forma más inteligente para facilitar el acceso tanto para los humanos como para las máquinas. Es como si la web tuviera un cerebro propio que organiza la información de manera más eficiente.
  • Inteligencia artificial: Imagínate que la IA empieza a hacer cosas que antes solo hacían las personas, desde tareas complejas hasta procesos creativos. Eso es lo que la Web 3.0 promete: una web que no solo «entiende», sino que también «piensa».

Y aunque aún estamos en medio del proceso, ya podemos ver algunos destellos de la Web 3.0 en lo que hacemos día a día. Las aplicaciones que usamos se enfocan más en ser simples y útiles. Y aunque la web está cada vez más presente en nuestras vidas, aún tenemos algunos obstáculos como la cobertura de Internet en áreas rurales o los límites de datos móviles. Pero, vamos, la Web 3.0 está al caer, y lo que viene promete ser increíble.

La World Wide Web versus Internet

Aunque se utilizan de manera intercambiable, la World Wide Web (WWW) y Internet no son lo mismo. De hecho, aunque están estrechamente relacionadas, son conceptos diferentes. Para aclarar: Internet es la infraestructura global que conecta computadoras, dispositivos y redes alrededor del mundo. Es una vasta red que incluye muchos componentes, como servidores, cables, routers y más, lo que permite que todo funcione. Por otro lado, la web es solo una de las muchas aplicaciones que funcionan sobre Internet. Es un sistema de comunicación que permite el acceso a páginas web a través del protocolo HTTP (HyperText Transfer Protocol), y su función principal es la recuperación y el intercambio de información.

Básicamente, Internet es la carretera por donde circulan datos, y la web es uno de los vehículos que viajan por ella. Si quieres acceder a estas páginas web, necesitas usar un navegador (como Google ChromeMozilla Firefox o Microsoft Edge), que es la herramienta que te permite visualizar y navegar entre los distintos sitios web.

Ambos, Internet y la web, operan bajo un modelo cliente-servidor. En este sistema, el servidor es el ordenador que almacena los documentos y los envía cuando un cliente (tu computadora, por ejemplo) lo solicita. Así que, cuando abres una página web, lo que realmente sucede es que tu navegador le pide al servidor el documento que deseas ver y luego lo muestra en tu pantalla.

El primer servidor web fue lanzado en 1991 en los Estados Unidos, y en sus primeros días, solo existían 10 servidores web en todo el mundo. Para 1993, la cifra subió a 500, y para 2016, ya había más de 100 millones de servidores web activos en todo el mundo. ¿Te imaginas cuántos hay ahora?

Desde que el primer navegador web fue lanzado en el CERN, la web ha crecido a un ritmo impresionante. En 2022, alrededor de 5 mil millones de personas (el 63 % de la población mundial) accedían a la web, que ya cuenta con aproximadamente 1.880 millones de sitios web. La web ha evolucionado de ser un proyecto experimental en los laboratorios del CERN a convertirse en un vasto ecosistema digital que conecta a personas, negocios y culturas de todo el mundo.

En resumen, mientras que Internet es la infraestructura que lo hace posible, la World Wide Web es una de sus aplicaciones más populares y poderosas, diseñada para facilitar la comunicación y el intercambio de información. Ambas son imprescindibles, pero desempeñan roles muy diferentes en el enorme universo digital que hemos creado.


Preguntas frecuentes

La transición de la Web 1.0 a la Web 2.0 no fue algo que sucedió de un día para otro. Fue más bien un proceso gradual impulsado por una serie de factores técnicos y sociales que hicieron posible una web mucho más interactiva, colaborativa y dinámica.

¿Qué marcó la transición hacia la Web 2.0?

Uno de los cambios más significativos de la Web 2.0 fue el contenido generado por los usuarios. En la Web 1.0, los sitios eran principalmente informativos y de solo lectura, pero con la Web 2.0, la cosa cambió radicalmente. Los usuarios pasaron de ser simples consumidores de información a ser productores activos. Así, nacieron los blogs, los comentarios en los foros y, sobre todo, las redes sociales, donde la gente comparte contenido de manera constante.

Además, la evolución de las bases de datos y los servidores más potentes jugaron un papel crucial. Antes, la información de los sitios web se almacenaba en simples archivos estáticos, pero con la Web 2.0, la información se almacenó y gestionó en bases de datos, lo que permitió una personalización mucho mayor y la interacción en tiempo real.

Y claro, el nacimiento y expansión de las redes sociales también fue un factor determinante. Sitios como Facebook, Twitter o MySpace trajeron consigo una explosión de la interactividad, donde los usuarios no solo consumen contenido, sino que también lo crean, lo comparten y lo comentan.

¿Por qué eran tan populares los libros de visitas en la Web 1.0?

Ah, los libros de visitas… ¡qué tiempos aquellos! Durante la Web 1.0, las conexiones a Internet por marcación telefónica eran lo más común, y eso significaba que el ancho de banda era limitado. Las páginas que mostraban largos comentarios de usuarios o grandes listas de interacciones tardaban muchísimo en cargar, lo que afectaba negativamente la experiencia del usuario. Así que, para no hacer que las páginas fueran demasiado lentas, muchos sitios web incorporaron estos «libros de visitas», donde los usuarios podían dejar sus comentarios sin que la página principal se sobrecargara.

Era como una especie de «zona libre de comentarios» para que la gente pudiera interactuar, pero sin poner en riesgo la velocidad de carga de la página principal. Un truco ingenioso para la época, ¿verdad?

¿Los blogs existían en la Web 1.0?

Los blogs tal como los conocemos hoy no existían en la Web 1.0. Es cierto que había algunos sitios personales que se asemejaban a lo que ahora llamamos blogs, pero para crear uno se necesitaba habilidad técnica. Los blogs de la Web 1.0 eran mucho más complicados de gestionar. Los usuarios tenían que actualizar manualmente las páginas, usar código HTML, y las opciones para interactuar o comentar eran muy limitadas.

La verdadera revolución de los blogs llegó con la Web 2.0, gracias a las plataformas como Blogger o WordPress, que hicieron que cualquier persona, sin conocimientos técnicos, pudiera tener un blog y compartir sus pensamientos con el mundo.

¿Qué es realmente la Web 2.0?

Es importante aclarar que Web 2.0 no se refiere a una nueva versión técnica de la World Wide Web. No hubo un cambio de protocolo o un update global del sistema, como podría ocurrir con el software. Según Tim Berners-Lee, el inventor de la web, la Web 2.0 es solo un término que se usó para describir un cambio de enfoque: de una web estática a una más interactiva y colaborativa.

Berners-Lee siempre ha visto la web como un lugar para la colaboración y el intercambio de ideas, algo que no cambia con la transición de Web 1.0 a Web 2.0. Es más, él ha criticado la sobrecarga de jerga técnica alrededor de «Web 2.0», insistiendo en que su visión siempre fue la de un espacio compartido para todos, sin importar las etiquetas.

Ejemplos de la Web 2.0

Hoy, muchos de los sitios web que usamos a diario son claros ejemplos de lo que es la Web 2.0. Aquí algunos de los más representativos:

  • Redes sociales como FacebookTwitter e Instagram, donde los usuarios no solo consumen contenido, sino que lo crean y lo comparten en tiempo real.
  • Plataformas de blogs como Blogger y Medium, que permitieron que cualquier persona con una idea o un tema de interés pudiera crear su propio espacio en la web.
  • Wikis como Wikipedia, donde cualquiera puede añadir, editar o modificar información.
  • Plataformas de videos como YouTube, que no solo permiten ver videos, sino también cargarlos, comentarlos y compartirlos.
  • Aplicaciones web como Google Maps, donde puedes interactuar con el contenido, personalizarlo y usarlo según tus necesidades.

¿Aún existen sitios Web 1.0 en línea?

Sí, aunque son cada vez más raros, aún podemos encontrar algunos vestigios de la Web 1.0 en línea. En su mayoría, estos sitios son reliquias del pasado, con páginas estáticas que no ofrecen interacción alguna. La mayoría de los sitios web actuales han evolucionado para integrar características propias de la Web 2.0, como la interacción mediante redes sociales, comentarios, y formularios dinámicos.

Hoy en día, cualquier persona con conocimientos básicos de desarrollo web puede agregar estas funcionalidades a su página, a un costo mínimo o incluso gratis, sin necesidad de ser un experto técnico. Es por esto que los sitios Web 1.0 son ya una rareza.

¿Qué es la Web Semántica?

La web semántica es como el puente entre lo que los humanos entienden y lo que las computadoras pueden procesar. Es una forma de organizar y etiquetar la información de manera que tanto personas como máquinas puedan leerla y entenderla fácilmente. Esto se logra mediante el uso de lenguajes de programación y estructuras de datos que permiten que las computadoras “comprendan” el contenido de los sitios web y lo utilicen para realizar tareas más avanzadas, como alimentar sistemas de inteligencia artificial.

Esta evolución de la web es promovida por el Consorcio World Wide Web (W3C), que trabaja para establecer los estándares que harán posible esta web más «inteligente». Con la expansión de la web semántica, las máquinas pueden comenzar a procesar datos de manera más autónoma, sentando las bases para un futuro donde la IA pueda aprender y evolucionar utilizando estos datos.

¿Cómo se utilizará la Inteligencia Artificial en la Web 3.0?

La inteligencia artificial (IA) es una de las grandes promesas de la Web 3.0. En lugar de solo utilizar algoritmos simples, la IA ayudará a tomar decisiones complejas basadas en datos recopilados de la web. Por ejemplo, ya existen aplicaciones capaces de predecir qué canciones serán éxitos, basándose en datos extraídos de plataformas de música universitaria.

En la Web 3.0, veremos cómo la IA juega un papel clave en áreas como la clasificación de resultados en motores de búsqueda, el filtrado de contenido personalizado y las recomendaciones automáticas. Imagina tener una web que no solo te entiende, sino que anticipa tus necesidades y te ofrece contenido adaptado a ti de manera casi predestinada. ¡Eso es lo que promete la inteligencia artificial en esta nueva era de la web!

¿Qué vendrá después de la Web 3.0?

Si creías que la evolución de la web llegaba con la Web 3.0, prepárate para lo que viene después: el Internet de las Cosas (IoT). La transición hacia el IoT será una verdadera revolución, donde los dispositivos conectados entre sí podrán comunicarse sin intervención humana. ¿Te imaginas una nevera que te avise cuando te falta leche, o un coche que conduzca solo hasta tu destino sin que levantes un dedo? Pues bien, eso es solo el comienzo.

Los dispositivos inteligentes de todo tipo, desde edificios automatizados hasta vehículos autónomos, ya están comenzando a formar parte del IoT. Este fenómeno traerá consigo una nueva forma de interacción con el mundo digital, más fluida, automática e integrada. Así que, mientras la Web 3.0 nos abre la puerta a la inteligencia artificial y la web semántica, el IoT será la siguiente ola que cambiará para siempre nuestra relación con la tecnología.


Referencias

Sobre el autor

Alejandra Fernandez Sebastián
Alejandra Fernandez Sebastián
Alejandra Fernandez, nacida el 15 de marzo de 1982 en Buenos Aires, Argentina, es una periodista y politóloga reconocida por su compromiso con la justicia social y su habilidad para comunicar ideas complejas de manera accesible.

Graduada con honores en Periodismo por la Universidad Nacional de Buenos Aires, destacó por su capacidad investigativa y ética periodística.

Posteriormente, obtuvo una maestría en Ciencias Políticas, explorando la intersección entre la política y los medios de comunicación.

Su trabajo como periodista la ha llevado a ser una voz influyente en el ámbito político, mientras continúa impartiendo clases y publicando investigaciones académicas.

17 comentarios en «Página Web ¿Cómo funciona la World Wide Web?»

  1. ¡Increíble artículo! ¿Pero de verdad necesitamos más versiones de la web? ¡Ya tenemos suficiente con el 2.0! ¡Dejen de complicar las cosas!

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  2. ¡Me parece interesante la evolución de la web! ¿Creen que el salto de Web 2.0 a Web 3.0 traerá grandes cambios? 🤔

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  3. ¿Alguien más se siente abrumado con tantas versiones de la web? ¡Web 3.0, Web 2.0, Web 1.0! ¿Cuál es tu favorita? ¡Yo me quedo con la 2.0!

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  4. ¡Interesante artículo! ¿Realmente necesitamos más categorías de la web o es solo una forma de complicar las cosas? 🤔

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    • ¡Más categorías pueden facilitar la búsqueda de información y mejorar la experiencia del usuario! 😉👍

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  5. ¿Realmente necesitamos seguir etiquetando las distintas etapas de la web? ¡Parece un debate interminable! ¿Qué opinan ustedes? 🤔

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  6. ¡Web 3.0 suena como ciencia ficción! ¿Qué será lo próximo, Web 4.0 con inteligencia artificial integrada? ¡Intrigante! 🚀🤯

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  7. ¿Web 3.0? ¡Ya ni entiendo la 2.0! ¿De verdad necesitamos más complicaciones? ¡Me quedo con mi Web 1.0 tranquila! 🤷‍♂️

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  8. ¡La evolución de la web es fascinante! ¿Crees que Web 3.0 revolucionará la forma en que interactuamos en línea? ¡Déjanos saber tus pensamientos!

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