Peste Porcina Africana

Peste porcina: La enfermedad viral más devastadora para el ganado porcino

La peste porcina africana es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta exclusivamente a suidos (cerdos domésticos, jabalíes y cerdos salvajes) con tasas de mortalidad que pueden alcanzar el 100% en cepas virulentas. Esta patología representa uno de los desafíos sanitarios más graves para la industria porcina mundial, generando pérdidas económicas devastadoras y restricciones comerciales en los países afectados.

En 2025, los brotes continúan activos en diversos territorios, incluyendo zonas de Europa donde la peste porcina España mantiene alerta a autoridades sanitarias y ganaderos, especialmente por la presencia del virus en poblaciones de jabalíes que actúan como reservorios naturales.

¿Qué es la peste porcina?

Qué es la peste porcina resulta fundamental para comprender su impacto. Se trata de una enfermedad vírica que afecta exclusivamente a suidos, sin capacidad de transmisión a humanos. El virus invade el sistema circulatorio y linfático de los animales infectados, provocando hemorragias internas masivas, fallo multiorgánico y muerte en la mayoría de los casos. Su alta contagiosidad y resistencia ambiental la convierten en una amenaza constante para granjas porcinas de todo el mundo.

La peste porcina no presenta riesgo para la salud humana, aunque las personas pueden actuar como vectores mecánicos del virus al transportarlo en ropa, calzado o vehículos contaminados. Esta característica hace que el control del tránsito de personas sea crucial en las medidas de bioseguridad.

Diferencia entre peste porcina clásica y peste porcina africana

Existen dos formas distintas de la peste porcina, cada una causada por agentes etiológicos diferentes. La peste porcina clásica (PPC) está provocada por el virus VPPC, clasificado en la familia Flaviviridae, con registros históricos que datan de 1830 en Estados Unidos. Esta variante ha sido controlada en muchas regiones mediante programas de vacunación y erradicación.

Por su parte, la peste porcina africana (PPA) es causada por un virus ADN único de la familia Asfarviridae. Detectada inicialmente en África, se ha expandido por Europa, Asia y recientemente ha afectado a poblaciones de jabalíes en diversas regiones europeas. La PPA carece de vacuna eficaz, lo que complica enormemente su control y erradicación.

Contexto histórico y situación actual

La peste porcina africana fue identificada por primera vez en Kenia en 1921, permaneciendo confinada al continente africano durante décadas. Sin embargo, desde 2007 ha experimentado una expansión geográfica sin precedentes, alcanzando Georgia, Rusia, países bálticos, Polonia, Alemania, Italia y la península ibérica. Los brotes actuales en 2025 mantienen en alerta a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), con particular preocupación por la diseminación a través de poblaciones silvestres de jabalíes que dificultan las medidas de contención.

Peste Porcina Africana
Peste Porcina Africana

Síntomas y manifestaciones clínicas

La peste porcina africana síntomas varían según la virulencia de la cepa y la respuesta inmunitaria del animal. Se distinguen cinco formas clínicas principales:

  • La forma hiperaguda provoca mortalidad en apenas cinco días, con síntomas limitados a fiebre elevada súbita antes de la muerte del animal. Esta presentación es típica de cepas extremadamente virulentas.
  • La forma aguda representa la presentación más común, con una duración de 10 a 20 días y desarrollo progresivo de signos clínicos. Es la que genera mayor impacto en explotaciones porcinas al afectar simultáneamente a múltiples animales.
  • La forma subaguda permite la supervivencia de los cerdos durante 20 a 30 días post-infección, con síntomas menos severos pero igualmente mortales en muchos casos.
  • La forma crónica se caracteriza por supervivencia superior a 30 días, manifestándose con retrasos en el crecimiento, infecciones intermitentes y deterioro progresivo. Estos animales pueden convertirse en portadores que diseminan silenciosamente el virus.
  • Finalmente, las formas trasplacentaria y congénita afectan a lechones nacidos de madres infectadas durante la gestación, presentando malformaciones o muerte perinatal.

Signos clínicos específicos

Los síntomas más característicos incluyen fiebre alta que oscila entre 40.5 y 42 grados centígrados, acompañada de pérdida completa del apetito y apatía severa. Los animales presentan hemorragias cutáneas especialmente visibles en orejas, abdomen y extremidades, desarrollando una característica decoloración púrpura o cianosis.

El sistema digestivo se ve gravemente afectado, manifestándose con diarrea hemorrágica y vómitos frecuentes. En cerdas gestantes, el virus provoca abortos espontáneos y aumenta dramáticamente la tasa de nacidos muertos o débiles.

Los síntomas neurológicos incluyen convulsiones, incoordinación motora y una característica marcha ondulante que dificulta el desplazamiento. La conjuntivitis y secreciones oculares purulentas también son signos frecuentes en animales infectados.

Diferencias según grupo de edad

En lechones, los síntomas se presentan con mayor severidad y la mortalidad supera habitualmente el 90%, incluso con cepas de virulencia moderada. Su sistema inmunitario inmaduro los hace especialmente vulnerables a la infección.

Las cerdas reproductoras experimentan principalmente fallo reproductivo, con abortos en cualquier etapa de gestación, camadas reducidas y lechones débiles. Esto genera un impacto económico prolongado al comprometer futuras generaciones.

En cerdos adultos, la presentación clínica es variable, dependiendo de la virulencia viral y el estado inmunitario previo. Algunos individuos pueden desarrollar formas subagudas o crónicas que complican la detección temprana.

Vías de transmisión

Transmisión directa

Cómo se transmite la peste porcina africana constituye información esencial para implementar medidas preventivas efectivas. La transmisión directa ocurre principalmente por contacto entre animales infectados y sanos, a través de saliva, secreciones nasales y oculares, heces y orina cargadas de partículas virales.

La transmisión por semen de verracos infectados representa un riesgo significativo en granjas que utilizan inseminación artificial sin controles sanitarios adecuados. Adicionalmente, el virus puede transmitirse por vía aerógena a distancias cortas de hasta 2.3 metros, lo que facilita su diseminación en instalaciones con alta densidad animal.

Transmisión indirecta

La vía indirecta es particularmente preocupante por la extraordinaria resistencia del virus en diferentes matrices. La carne porcina cruda contaminada puede mantener partículas virales viables durante 27 días en tocino refrigerado y hasta 1,500 días en carne congelada. Los productos curados como jamones y lomos permiten la persistencia viral durante 140 a 250 días, representando un riesgo para granjas que utilizan desperdicios alimentarios.

  • Los fómites contaminados —botas, ropa, herramientas, vehículos y equipos— actúan como vectores mecánicos del virus. Un solo vehículo que transita entre explotaciones puede diseminar la peste porcina a cientos de kilómetros de distancia.
  • Las garrapatas del género Ornithodorus constituyen vectores biológicos especialmente importantes en África, donde mantienen el virus en sus glándulas salivales durante años, transmitiéndolo en sucesivas picaduras. Aunque menos relevante en Europa, su presencia en instalaciones rústicas no debe descartarse.

La transmisión iatrogénica a través de equipos veterinarios contaminados (agujas, instrumental quirúrgico, equipos de diagnóstico) requiere protocolos estrictos de desinfección entre visitas a diferentes explotaciones.

Factores que favorecen la propagación

La resistencia viral prolongada en el ambiente permite que el patógeno persista en instalaciones vacías, materia orgánica y equipamiento durante meses. La alta carga vírica durante las fases agudas, cuando los animales eliminan billones de partículas virales por gramo de tejido, facilita la contaminación masiva del entorno.

La capacidad de diseminación es extraordinariamente rápida, con animales infectados eliminando virus apenas 2 a 4 días post-infección, incluso antes de manifestar síntomas evidentes. Esta característica dificulta enormemente la detección temprana y el aislamiento de casos índice.

Factores de riesgo y prevención

La ausencia de vacuna eficaz contra la PPA convierte a la bioseguridad en la única herramienta efectiva de prevención. Las granjas deben implementar protocolos rigurosos de higiene y desinfección de equipos, utilizando desinfectantes viricidas certificados en todas las superficies de contacto.

El control estricto del tránsito de personas y vehículos resulta fundamental, estableciendo pediluvios, vestuarios separados y sistemas de ducha obligatoria para personal que ingresa a áreas de producción. Los vehículos de transporte deben desinfectarse completamente antes de acceder a las instalaciones.

El manejo de alimentos representa un punto crítico, prohibiéndose absolutamente la alimentación con desperdicios cárnicos o restos de comida que puedan contener productos porcinos. La vigilancia de jabalíes en zonas próximas a explotaciones requiere vallados perimetrales seguros y eliminación de atrayentes que favorezcan su aproximación.

Importancia de la detección temprana

El diagnóstico laboratorial mediante técnicas de PCR, aislamiento viral o detección de anticuerpos específicos permite la identificación rápida de casos. Las muestras requeridas incluyen sangre con anticoagulante, tonsilas, ganglios linfáticos y fragmentos de bazo, hígado o riñón en animales muertos.

La confusión diagnóstica con otras patologías como erisipela porcina, salmonelosis o síndrome respiratorio y reproductivo porcino (PRRS) puede retrasar la implementación de medidas de control. Por ello, ante cualquier síntoma compatible debe notificarse inmediatamente a autoridades veterinarias para realizar diagnóstico diferencial.

Impacto económico y sanitario

Consecuencias para la ganadería

Las pérdidas económicas derivadas de la peste porcina son devastadoras para el sector. La mortalidad del 100% en cepas altamente virulentas elimina completamente la producción de explotaciones afectadas. El protocolo sanitario obliga al sacrificio de rebaños completos, incluyendo animales aparentemente sanos que pudieran estar en periodo de incubación.

La destrucción de cadáveres mediante incineración o enterramiento profundo genera costos adicionales significativos. Las restricciones al movimiento de animales y productos desde zonas afectadas paralizan la actividad comercial durante meses, afectando no solo a explotaciones infectadas sino a toda el área circundante.

Restricciones comerciales

Las autoridades sanitarias establecen zonas de cuarentena con radios de 5 a 8 kilómetros alrededor de cada foco detectado, prohibiendo el movimiento de animales vivos, material genético y productos derivados. La prohibición de exportación de productos porcinos desde países o regiones afectadas genera pérdidas millonarias para la industria nacional.

La recuperación de granjas afectadas requiere un periodo mínimo de 40 a 45 días post-desinfección antes de poder repoblar, siempre bajo supervisión oficial. Durante este tiempo, los productores carecen de ingresos mientras mantienen costos fijos de instalaciones.

Impacto en seguridad alimentaria

Aunque el virus no afecta al consumo humano, los brotes de peste porcina generan pánico entre consumidores, reduciendo drásticamente la demanda de productos porcinos. Esta disminución afecta a toda la cadena de valor, desde productores primarios hasta industrias de procesamiento y restauración.

La comunicación clara por parte de autoridades sanitarias sobre la inocuidad de la carne porcina para humanos resulta esencial para minimizar el impacto económico secundario. Sin embargo, la recuperación de la confianza del consumidor requiere habitualmente varios meses tras el control efectivo de los brotes.

Tratamiento y control

Situación actual de tratamientos

A diferencia de otras enfermedades animales, no existe tratamiento eficaz para la peste porcina africana. Los intentos de terapia sintomática o de soporte no modifican el curso fatal de la peste porcina en animales infectados con cepas virulentas.

Respecto a la vacunación, las opciones son limitadas. Existen vacunas vivas atenuadas para la PPC que han permitido su control en numerosos países, aunque presentan limitaciones como posible reversión a virulencia o interferencia con diagnóstico serológico. Sin embargo, para la PPA no existe vacuna comercial disponible, pese a intensos esfuerzos investigadores en desarrollo de candidatos vacunales.

El protocolo de control establecido por organismos internacionales se basa en el sacrificio sanitario obligatorio de todos los animales presentes en explotaciones con confirmación diagnóstica, independientemente de su estado clínico.

Estrategias de erradicación

La erradicación de focos requiere un abordaje integral que incluye el sacrificio sanitario obligatorio de todo el censo porcino presente en la explotación afectada, aplicando métodos humanitarios supervisados por autoridades veterinarias.

La destrucción de cadáveres contaminados debe realizarse mediante métodos que garanticen la inactivación viral completa, priorizando la incineración en instalaciones apropiadas o enterramiento profundo con cal viva en casos donde la primera opción no sea viable.

La desinfección exhaustiva de instalaciones, equipos, vehículos y cualquier elemento potencialmente contaminado utiliza productos viricidas en concentraciones y tiempos de contacto certificados. Este proceso debe repetirse múltiples veces antes de considerar la explotación libre de riesgo.

La vigilancia epidemiológica incluye el control de movimiento de animales en áreas circundantes, muestreo periódico en granjas de la zona de restricción y monitoreo de poblaciones de jabalíes mediante análisis de animales cazados o hallados muertos.

Situación específica en España

La peste porcina España ha experimentado detecciones recientes en poblaciones de jabalíes, especialmente en zonas fronterizas y áreas con alta densidad de fauna silvestre. Las autoridades han implementado medidas preventivas intensificadas, incluyendo vallados en granjas de zonas de riesgo, restricciones al movimiento de animales y campañas de concienciación entre cazadores y ganaderos.

El sector porcino español, uno de los más importantes de Europa, mantiene protocolos de bioseguridad reforzados para prevenir la entrada del virus en explotaciones comerciales. La colaboración entre administraciones, sector privado y cazadores resulta fundamental para mantener el estatus sanitario favorable que permite la exportación de productos porcinos españoles a mercados internacionales.

La peste porcina continúa representando uno de los mayores desafíos sanitarios para la producción porcina mundial. La combinación de alta mortalidad, ausencia de tratamiento, resistencia ambiental prolongada y expansión geográfica sostenida requiere un compromiso global para su control. La implementación rigurosa de medidas de bioseguridad en granjas, la vigilancia epidemiológica constante de poblaciones de jabalíes y la colaboración internacional resultan esenciales para proteger al sector porcino y garantizar la seguridad alimentaria de millones de personas que dependen de esta proteína como fuente nutricional fundamental.

Preguntas frecuentes

¿La peste porcina afecta a los humanos?

No, el virus no infecta a personas ni por contacto directo ni por consumo de carne porcina. Los humanos únicamente pueden actuar como vectores mecánicos transportando el virus en elementos contaminados.

¿Cuánto tiempo permanece viable el virus en diferentes superficies?

La resistencia ambiental es extraordinaria: hasta 1,500 días en carne congelada, 140-250 días en productos curados, varios meses en materia orgánica y semanas en superficies inertes dependiendo de condiciones de temperatura y humedad.

¿Qué hacer si se sospecha la presencia de la peste porcina?

Notificar inmediatamente a las autoridades veterinarias oficiales, aislar los animales sospechosos, suspender movimientos de animales y productos, y esperar las instrucciones del personal oficial que realizará muestreo diagnóstico.

¿Los jabalíes pueden transmitir la enfermedad a cerdos domésticos?

Sí, los jabalíes infectados eliminan virus en secreciones y heces, pudiendo contaminar áreas próximas a granjas. El contacto directo o indirecto a través de fómites representa un riesgo significativo, especialmente en explotaciones extensivas o de producción ecológica.

¿Existe alguna esperanza de desarrollar vacunas efectivas?

Los esfuerzos investigadores continúan intensamente, con varios candidatos vacunales en fases avanzadas de desarrollo. Sin embargo, la complejidad del virus y los requisitos regulatorios hacen que su disponibilidad comercial no sea esperada en el corto plazo.

Referencias

  1. World Organisation for Animal Health (WOAH)https://www.woah.org/en/disease/african-swine-fever/ Portal oficial con información actualizada sobre situación epidemiológica global, estándares sanitarios internacionales y directrices para control de PPA.
  2. Food and Agriculture Organization (FAO) – ASF Portalhttps://www.fao.org/animal-health/situation-updates/asf-in-europe-and-asia/en/ Recursos técnicos, mapas de distribución geográfica, manuales de campo y actualizaciones sobre brotes en Europa y Asia.
  3. European Commission – Animal Healthhttps://food.ec.europa.eu/animals/animal-diseases/diseases-and-control-measures/african-swine-fever_en Legislación europea, medidas de control, estado de zonas restringidas y protocolos de bioseguridad aplicables en la Unión Europea.
  4. USDA Animal and Plant Health Inspection Servicehttps://www.aphis.usda.gov/aphis/ourfocus/animalhealth/animal-disease-information/swine-disease-information/african-swine-fever Información preventiva, recursos para productores estadounidenses y directrices de importación para prevenir la introducción en América del Norte.
  5. The Pirbright Institutehttps://www.pirbright.ac.uk/our-science/livestock-viral-diseases/african-swine-fever Centro de investigación líder en virología animal con publicaciones científicas, avances en desarrollo vacunal y análisis moleculares del virus.

Sobre el autor

Luís Mancebo Pintor
Luís Mancebo Pintor
Soy un profesional con una formación sólida en Comunicación Social, Publicidad y Periodismo. Mi licenciatura me brindó una amplia comprensión de las distintas áreas de la comunicación y cómo éstas se relacionan entre sí. Además, he adquirido habilidades valiosas en investigación, redacción y producción de contenido para diferentes plataformas y medios de comunicación.

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