Imagina, por un momento, viajar al pasado, a una época donde la música no era solo algo que escuchábamos, sino que la sentíamos. Y aquí, en este pequeño portal temporal, es donde entra en juego la tornamesa.
Este clásico, amado por los nostálgicos y apreciado por las nuevas generaciones, tiene un encanto que ningún dispositivo moderno ha podido reemplazar. Pero… ¿qué es exactamente una tornamesa? Prepárate, porque te invito a un viaje por sus detalles, su historia y su peculiar magia.
Una tornamesa (o tocadiscos, como quieras llamarla) es mucho más que un aparato para reproducir música; es un símbolo de la era analógica que ha renacido con fuerza en estos tiempos digitales. Vamos a conocer sus partes y entender por qué sigue siendo la reina de la reproducción musical para tantos melómanos.
¿Quién inventó la tornamesa?
La tornamesa no apareció de la nada; su creación fue un proceso de evolución tecnológica y varias mentes brillantes contribuyeron a ello. Aquí van algunos momentos clave:
- Thomas Edison: En 1877, Edison inventó el fonógrafo, un aparato que grababa y reproducía sonidos en cilindros de cera. Aunque no era una tornamesa, fue el primer paso hacia la reproducción de sonido.
- Emile Berliner: Diez años después, en 1887, Berliner patentó el gramófono, que usaba discos planos en lugar de cilindros. Este invento es el verdadero precursor de la tornamesa moderna.
- Thaddeus Cahill: En la década de 1890, Cahill inventó el Telharmonium, un dispositivo electromagnético que producía música sintetizada. No era una tornamesa, pero sentó bases importantes para la tecnología de sonido.
- Siglo XX y el boom de las tornamesas: A medida que avanzaba el siglo, marcas como Technics, Dual y Pioneer perfeccionaron el diseño y la tecnología, convirtiendo a la tornamesa en el dispositivo emblemático de la reproducción de vinilos.
Y así, con el tiempo, la tornamesa se fue puliendo hasta convertirse en el clásico que conocemos hoy. No solo es una máquina para escuchar música, es una máquina que nos transporta a otra época con solo escucharla.
¿En qué año se creó la tornamesa?
Determinar el “año de nacimiento” exacto de la tornamesa es complicado, ya que este dispositivo evolucionó poco a poco gracias a diferentes avances tecnológicos. Sin embargo, podemos identificar varios momentos clave que definieron su desarrollo.
Uno de los primeros pasos ocurrió en 1877, cuando Thomas Edison inventó el fonógrafo, que utilizaba un cilindro de cera para grabar y reproducir sonido. Aunque no era aún una tornamesa como tal, el fonógrafo introdujo el concepto de capturar y reproducir sonido, sentando las bases de lo que vendría.
Después, en 1887, Emile Berliner patentó el gramófono, que fue revolucionario porque usaba discos planos en lugar de cilindros, una idea que sentaría el camino hacia los futuros discos de vinilo. Con el gramófono, Berliner no solo mejoró la tecnología de reproducción de sonido, sino que también introdujo el formato de disco plano, que se convertiría en el estándar durante gran parte del siglo XX.
A lo largo del siglo XX, el diseño y la tecnología de la tornamesa continuaron perfeccionándose, con mejoras en el plato giratorio, el brazo de lectura y la aguja, así como con la incorporación de componentes electrónicos. Aunque no existe un “año exacto” de creación, fue durante este siglo cuando el dispositivo tomó la forma que conocemos hoy en día.
En resumen, la tornamesa moderna es el resultado de un proceso de innovación que comenzó en 1877 con Edison y que tomó un giro decisivo con Berliner en 1887. Desde entonces, ha continuado perfeccionándose, hasta convertirse en el icónico dispositivo que conocemos hoy.
¿Para qué sirve una tornamesa?
La tornamesa, o como muchos la llaman cariñosamente, el “tocadiscos,” es básicamente una máquina del tiempo sonora. Este dispositivo, que parece sacado de otra época (y en realidad lo es), se encarga de transformar los surcos de un disco de vinilo en sonidos que puedes escuchar a través de los altavoces. ¡Y vaya si lo hace bien!
¿Pero por qué alguien querría usar una tornamesa en la era de Spotify y YouTube? Pues, simple: el sonido. A los fanáticos de la tornamesa les encanta esa calidez única del vinilo, esa riqueza de tonos que los formatos digitales no logran del todo captar. Además, escuchar música en vinilo es un ritual en sí mismo.
Elegir el disco, colocarlo con cuidado, bajar la aguja y oír ese primer crujido… es una experiencia que conecta a muchos con un momento especial.
Y no solo sirve para reproducir música de vinilo. Algunas tornamesas modernas pueden digitalizar tus vinilos y conectarse a sistemas de audio actuales. Así que, si lo piensas, la tornamesa es como el abuelo de la rockola, adaptado a los tiempos modernos.
Las partes de una tornamesa
Una tornamesa, como bien sabes, no es un aparato cualquiera. Se compone de varias piezas esenciales que, cuando trabajan juntas, crean una experiencia de sonido única. Vamos a desmenuzarla.
- El plato giratorio: Este es el corazón visible de la tornamesa, la plataforma donde descansa el disco de vinilo. Y, si nunca has visto uno en acción, te aseguro que es algo mágico ver cómo el plato gira suavemente, manteniendo una velocidad precisa para que la música suene tal cual como fue grabada.
- El brazo tonal: Aquí es donde empieza la ciencia de verdad. El brazo sostiene la aguja, que es la encargada de “leer” los surcos en el vinilo. ¿Has visto cómo ese pequeño brazo se mueve delicadamente sobre el disco? No es casualidad: el brazo tiene que tener el peso y la presión exactos para que la aguja haga su trabajo sin dañar el disco. Es como una pequeña danza sobre el vinilo.
- El motor: En este punto es donde entramos en lo técnico. Hay dos tipos de motores que puedes encontrar en las tornamesas. Los de transmisión por correa, que usan una correa de goma para mover el plato, y son perfectos para un sonido limpio sin vibraciones. Y los de transmisión directa, que van conectados directamente al plato, ideales para los DJs y su necesidad de hacer paradas rápidas y cambios de velocidad. Así que si eres DJ, ya sabes, elige transmisión directa.
- La aguja: También llamada stylus o cápsula, la aguja es la parte de la tornamesa que hace el trabajo pesado, siguiendo los surcos y traduciendo esas ondulaciones en música. Si está en mal estado, adiós al sonido perfecto, y no solo eso, puede rayar tus discos y hacer que suene… bueno, terrible. Así que, más vale mantenerla bien cuidada.
- El cuerpo o chasis: Ahora, no subestimes la importancia del cuerpo de la tornamesa. Es la estructura que sostiene todo el sistema y debe ser lo suficientemente robusta para evitar vibraciones molestas. Puede estar hecho de madera, metal o hasta materiales compuestos que absorban el impacto. Además, un buen chasis trae pies ajustables, que ayudan a nivelar la tornamesa para que nada se interponga entre tú y el sonido nítido del vinilo.
¿Dónde se coloca una tornamesa?
Para sacarle el máximo provecho a una tornamesa, no puedes ponerla en cualquier lugar. Estos aparatos necesitan su propio “trono” para que el sonido salga perfecto, así que toma nota:
- Superficie plana y estable: Nada de mesas tambaleantes o estantes endebles. Colócala en un lugar firme para evitar cualquier vibración molesta que pueda afectar el sonido.
- Aislante de vibraciones: Para los más puristas, una base especial que aísle la tornamesa de vibraciones es un must. Así aseguras que las vibraciones no interfieran en la música.
- Lejos del polvo: Aunque suene obvio, asegúrate de que esté en un sitio donde no se llene de polvo. Hay tornamesas que traen una tapa o cubierta, ¡úsala! Un vinilo limpio es un vinilo feliz.
- Apartada de los altavoces: No la pongas al lado de los altavoces ni de nada que emita vibraciones fuertes. Las interferencias pueden afectar la reproducción y, bueno, el sonido acaba “vibrando” más de la cuenta.
En resumen, busca un lugar estable, limpio y nivelado. Así garantizas que tu tornamesa y tus vinilos se mantengan en excelente estado por mucho más tiempo.
¿Diferencias entre tornamesa y tocadiscos?
Aunque se suelen usar como sinónimos, los términos tornamesa y tocadiscos tienen algunas diferencias. El término tocadiscos es más antiguo y se usaba cuando estos aparatos eran un elemento básico en la casa.
Por otro lado, tornamesa es un nombre más técnico y moderno, y suele usarse más entre los entusiastas o profesionales del audio. Pero, al final del día, ambos términos se refieren al mismo tipo de dispositivo.
¿Qué importancia ha tenido la tornamesa en la evolución de la reproducción del sonido?
La tornamesa ha sido fundamental en la historia de la reproducción del sonido, marcando un antes y un después en varios aspectos importantes:
- Inicio de la grabación de sonido: La introducción del fonógrafo en 1877 fue el primer paso hacia la grabación y reproducción de sonido grabado, permitiendo por primera vez capturar audio para reproducirlo después. Fue una revolución que abrió la puerta a la industria de la música grabada.
- Desarrollo del formato de disco: Con el gramófono de Berliner en 1887, la transición de cilindros a discos planos cambió la industria para siempre. Este avance llevó eventualmente al disco de vinilo, que se convirtió en el formato estándar durante décadas y sigue siendo popular entre los amantes de la música.
- Accesibilidad y difusión de la música: La tornamesa permitió que la música grabada llegara a millones de personas, sin depender de conciertos en vivo o transmisiones de radio. Fue fundamental en la creación de la industria discográfica y en la forma en que se consumía música, al hacer que fuera accesible en el hogar.
- Mejoras en la calidad del sonido: Con los años, las tornamesas experimentaron avances en sus componentes —como el brazo de lectura, la aguja y el sistema de amplificación—, lo cual mejoró notablemente la calidad de la reproducción analógica. Esta evolución convirtió a la tornamesa en el dispositivo preferido para quienes buscan la fidelidad sonora de la música en vinilo.
- Impacto cultural y coleccionismo: Más allá de su valor técnico, la tornamesa se ha convertido en un símbolo cultural. Desde el auge del coleccionismo de vinilos hasta el estilo único del DJ, la tornamesa ha mantenido su atractivo en la era digital por su carácter nostálgico y la experiencia única de escuchar música en vinilo.
¿Por qué nos sigue encantando la tornamesa?
Quizá pienses: ¿por qué seguir con las tornamesas en plena era del streaming? Porque la tornamesa ofrece una experiencia que no se compara con lo digital. Los surcos de los vinilos, el ritual de colocar el disco, ese sonido leve al empezar… es un encanto que no se encuentra en Spotify.
Así que, si aún no has experimentado la calidez del sonido analógico, ¿qué esperas? Pruébalo y sumérgete en el mundo de las tornamesas.
En fin, ahora que sabes todo sobre sus componentes, su historia y su resurgir, ¿te animas a descubrirlo por ti mismo?
Sobre el autor
- Soy un profesional con una formación sólida en Comunicación Social, Publicidad y Periodismo. Mi licenciatura me brindó una amplia comprensión de las distintas áreas de la comunicación y cómo éstas se relacionan entre sí. Además, he adquirido habilidades valiosas en investigación, redacción y producción de contenido para diferentes plataformas y medios de comunicación.